Mientras más lejanas sean nuestras ideas a lo que la sociedad nos exige, más incoherente es la relación conducta-idea.
Leía hoy un escrito de una agrupación política de izquierda (LAC) que hablaba sobre las coaliciones (operacionalizadas en listas) de partidos-movimientos-colectivos-juventudes que se han dado en torno a las elecciones de la FECH. La principal crítica que hacían era hacia la conformación de listas entre grupos que no coinciden ideológicamente y que, peor aún, habían tenido una larga historia de críticas y rechazos entre ellos. A la pregunta de por qué se unieron dichos grupos, entonces, contestaban que por obtener votos.
Preguntábame yo, desde una posición optimista, creyendo todos y cada uno de los discursos de estos grupos, qué tan criticable era que se aglutinaran siendo tan distintos, asumiendo, a la vez, que era por obtener un voto.
LAC contestaba que mucho, pues no eran consecuentes con sus ideas. Concuerdo con ellos, pero sigo pensando: si la idea de estos grupos es generar algún cambio y para ello necesitan ser elegidos, se justifica "estratégicamente", pues por sí mismos o siendo coherentes no lograrían el resultado esperado ni, por ende, concretar sus proyectos.
Algo similar pasa cuando observamos a algunos de estos personajes en su vida cotidiana y observamos la incoherencia: critican al mercado, pero son consumistas; critican las grandes empresas, que absorban otras pequeñas, pero no paran de tomar coca-cola, comprar nike, ir al líder, falabella; defienden a los pobres y dicen "tener una comprensión global del fenómeno de la delincuencia" pero no paran de tildar de flayte, con desprecio, al morenito hip-hopero cuando están frente a sus amigos, etc.
No veo tampoco tanta diferencia con los papás que le dicen a uno que no mienta, pero cuando llaman a casa y no quieren contestar le hacen decir al niño por teléfono "papá salió"; cuando te piden que comas toda tu comida, pero ves a tu mamá apartando algo del plato que no le gustó; al exigir puntualiad al ir al colegio, pero llegan media hora atrasados a las reuniones de apoderados, etc.
Y sigo preguntándome qué tan criticables pueden ser todas estas incoherencias si hay un mundo entero estructurado, al que si no te acomodas te quedas afuera; y estructurante, con un aparataje inconmensurable de estructuras (familia, escuela, religiones, cárcel, publicidad, tradiciones, etc.) que te presionan y configuran para la integración pasiva al sistema, en donde cada desviación de la norma será sancionada con psicólogo (manicomio) o la policía (cárcel)
En vez de atribuir responsabilidades personales a cada una de estas incoherencias y ser tan drásticos en reprobarlos, podríamos pensar qué estamos construyendo en conjunto que hace que todos estos ejemplos (y miles más) no sean eventos aislados, sino diarios y masivos.
"El Che: decía lo que pensaba y hacía lo que decía", leí por ahí...
Hola, a mi también me agrada tu Blog; el compartir-se remite a la división necesaria que necesita el sujeto para constituirse como tal. Desafortundamente la gente no lo entiende e ilusoriamente busca tener todo, estar completo, ser infalible, tiene una gran difucultad con /partir/ se.
ResponderBorrarGracias Nicole... por compartir este macro mundo...
ResponderBorrarCoherencia una tremenda palabra, una tremenda conciencia hay que tener para practicar la coherencia.
Me ha parecido muy interesante tu itio y voy a visitarte con regularidad...
Varias preguntas relacionadas al sitio ... si puedes ayudarme ... pareces bastante lista ... cómo pusiste un contador?, Cómo subes videos?...
Gracias por tu ayuda y tu vigilia (eres una mujer muy despierta).
Un abrazo fraterno